Artículo-resumen

El Concurso fotográfico Meteoreportaje’2010 de la AME ha finalizado, con 49 reportajes admitidos a Concurso que contenían un total de 414 fotografías. Todos los reportajes han quedado publicados en el Blog del Concurso:http://www.blogger.com/img/blank.gif

http://meteoreportajeame2010.blogspot.com/

En este artículo se muestran doce fotografías pertenecientes a los reportajes que ocuparon las posiciones cuarta a la decimoquinta.

Empezamos nuestro recorrido con la Foto 1, tomada desde las cumbres de la isla de Gran Canaria por Marisol Pazos Gil, autora del reportaje “Meteosemejanzas: Cálida Canarias/Blanca Gredos”: “Diferentes en sus formas y colores, nubes cálidas en Canarias, blancas y grises en Gredos, pero todas ellas deslizándose perezosamente a través de sus montañas, acariciando con suavidad infinita los picos más altos”.



La Foto 2, del reportaje “Cuatro estaciones”, fue titulada por su autor, Juan Pérez de Heredia, “Los tres hermanos”, y está tomada el 1 de agosto desde Leoz (Navarra), hasta donde se había desplazado buscando las tormentas que no encontraba en el País Vasco: “Tras días de fuerte calor, una vaguada genera inestabilidad (…) me voy hacia Navarra, huyendo de los estratos que me persiguen hasta más allá de Pamplona. Avanzo hacia el Este, buscando unos topes nubosos lejanos sobre las montañas, y me encuentro con estos tres fantásticos cumulonimbus capillatus incus situados sobre las Altas Cinco Villas, ya en Zaragoza. Pero la carretera no sigue y no puedo seguir a estos tres hermanicos hacia el Este en su transformación en supercélula, cerca de Huesca”.



La Foto 3 nos lleva hasta las costas portuguesas de Foz do Douro, Oporto, donde el 9 de Octubre de 2010 el mar se batía con fuerza, lo que António Tedim, aprovechaba para obtener una serie de impresionantes fotografías que incluyó en su reportaje “El mar está aumentando”, en el que mostraba su preocupación por la subida del nivel del mar y sus consecuencias. La foto que se muestra fue elegida como “La Foto del Concurso” de la edición de este año del Meteoreportaje de la AME.



Desde las costas atlánticas nos vamos a las del Mediterráneo, para alcanzar el lugar desde donde Andreu Gual Roca tomó la Foto 4 de este resumen, el 7 de septiembre de 2010, y que aparecía en el reportaje “Mar y cielo en la costa de Tarragona”“realizada bajo una lluvia intensa, esta panorámica compuesta de cinco tomas verticales quiere reflejar la grandeza del arco iris saliendo de tierra y acabando en el mar”.



Alberto Lunas Arias es el autor del reportaje “La temperie en blanco y negro”, en el que nos propone un “salto atrás en el tiempo” para tratar de imaginar “cómo sería la fotografía meteorológica y qué aspecto tendrían las fotos realizadas a la temperie a principios y mitad del siglo pasado”. La Foto 5, “Electricidad monocroma”, fue tomada en Segovia el 24 de Junio 2010.



Foto 6: De nuevo junto al Mediterráneo, concretamente desde la ciudad de Alicante, Olga Rodríguez Hendley pudo disfrutar el 11 de mayo por la tarde, por segunda vez en sólo una semana, de una espectacular tormenta, cuyas fotos incluyó en su reportaje “Monstruos alicantinos”: “El impresionante bicho no me dejó cerrar la boca de asombro, por más que miraba arriba, no encontraba el final del cumulonimbus, una estantería encima de otra y de otra. La parte de arriba adoptó las formas de las olas del mar con bordes blanquecinos que daban contraste a esta gran joya que el cielo me regaló”.



La Foto 7 muestra igualmente un imponente cumulonimbo, pero esta vez captado el 10 de octubre y en el cielo de Madrid por la cámara de Rakel Rodríguez, quien nos comenta en su reportaje, “Me gusta mi ventana”, que ese día “una profunda borrasca situada al suroeste de Irlanda se debilita y penetra en el interior de la Península, dejando tiempo revueltillo en toda ella, trayendo vientos del Suroeste que luego cambian a Norte. Esto, junto con un descenso brusco de temperaturas, inestabiliza la atmósfera, lo que me deja este pedazo de yunque”.



Al reportaje “Carros de foc” corresponde la Foto 8, tomada por Gonzalo Revidiego Gil el día 2 de Agosto de 2010 desde el refugio de Josep María Blanc, situado a 2350 msnm. en el Parque Nacional de Aigüestortes, en el corazón del Pirineo Catalán... “tras una lluvia torrencial, pocos minutos después de caer las últimas gotas, hacen su aparición estos increíbles mammatus, perfectamente formados”.



“Fuerza, luz y sombras” fue el título que José Luis Escudero Gallegos dio a su reportaje. La Foto 9 de este artículo es la cerraba el mismo, y en ella se observan unos espectaculares rayos crepusculares al atardecer captados desde Málaga capital el 2 de julio del pasado año.



“Si fascinantes son las tormentas, tanto o más lo es un fenómeno intrínsicamente asociado a ellas, los rayos... ¿quién de nosotros, durante el transcurso de una tormenta, no se ha sobresaltado con una exclamación de admiración en el momento que ha aparecido un relámpago en el cielo? Creo que todos los que somos aficionados a la Meteorología, y también muchos que no lo son, lo hemos hecho en más de una ocasión”. Así comienza el reportaje “Rayo diurno, rayo nocturno”, de Antonio Ontangas Jarque, que incluye la Foto 10, correspondiente a una tormenta sobre Barcelona en la noche del 7 de septiembre.



Sin abandonar Cataluña, regresamos a la cordillera pirenaica, desde donde Alvaro Novo Salvador tomó las fotografías de su reportaje, “El Alto Pirineo”, al que corresponde la Foto 11, tomada en "La mollera d’ Escalarre", en La Guingueta d’ Àneu, comarca del Pallars Sobirà, el 22 de octubre… “cuando todo parece estar tan calma como lo que refleja el agua, no muy lejos de ahí se está gestando una tormenta. A las puertas del invierno aún inundan los tonos dorados del otoño”.



Y terminamos este periplo en la localidad Navarra de Andosilla, donde Antonio Carramiñana captó el 13 de noviembre de 2010 la Foto 12, que incluyó en su reportaje “Aquél viaje de 2010”, y que cierra este resumen de la edición del Concurso Meteoreportaje de este año... “a las puertas del invierno, con el frío acercándose, los rayos solares desvaneciéndose, con la sensación de que aquel calor romántico no muriera nunca, me marcó un lugar, dejando certeza de que aquella puerta nos uniría para siempre, aturdido, invadido de elocuencia, acudí en su búsqueda”.