"El virulento monzón..."

Por Mª Eugenia Pérez Cáceres

LUGAR. Región del Rajasthan. India. Agosto 2010.

Este reportaje está realizado en el norte de la India, en la región del Rajasthán. El monzón caía sin piedad y sin tregua, y sus efectos fueron tan enormes que las noticias nos hablaron de muertos y de damnificados. Yo tuve la oportunidad de vivirlo en primera persona, siendo estas fotografías algunas de las que pude tomar aquellos días en la zona.

Fotos 1, 2 y 3- 13/08/2010.
Había amanecido una luminosa mañana con sol cuando salí de Manvar. A pocos kilómetros, las nubes empezaron a aparecer repentinamente, como por arte de magia. A los pocos minutos el cielo se puso totalmente negro, y una intensa cortina de agua me ofreció unos paisajes totalmente fantasmagóricos.







Fotos 4, 5 y 6- 13/08/2010.
Al llegar a Jodphur las casas parecían flotar en un lago. Las calles habían desaparecido bajo las intensas riadas. El rojo líquido se filtraba por todos los lugares, y el sonido del agua al caer inundaba mis oídos. La normalidad de esta situación parecía apoderarse de todos, incluido el chófer que me llevaba.







Fotos 7 y 8- 16/08/2010.
Las canteras del famoso y blanco mármol de Makrana habían quedado atrás. Aún estaba prendida en mis retinas la luminosidad del lugar, cuando, nuevamente, las nubes coparon el cielo. Resultan sorprendentes y coloridas las innumerables formas que tienen los lugareños de resguardarse o no de la lluvia. No menos pasmosa, también, su paciencia a la hora de ir por la calle, por las carreteras, por el campo...





Fotos 9 y 10- 17/08/10.
La luz del atardecer envuelve las aguas del lago de Pushkar, dándoles un intenso color dorado. Esta bella imagen fue posible este año gracias a que el monzón lo ha inundado nuevamente tras varios años de sequía. La noche cae sobre él. A las cuatro de la mañana, la lluvia comienza a caer nuevamente con intensidad sobre las oscuras aguas. Llueve sin parar durante veinticuatro horas. Es impresionante ver cómo todas las calles del pueblo están inundadas, algunas hasta mas de un metro, y cómo llega, en auténticas cascadas, el agua al lago. Sorprendentes estas imágenes, pero lo es aún mas, la alegría con la que los lugareños parecen celebrar esa lluvia.