"Poder y belleza"

Por Maite Mojica García

Hay algo que me encanta de la Meteorología y es que siempre logra sorprenderme una vez más.

Cuando piensas que no volverás a ver una puesta de sol tan bonita como aquella que viste, o que no volverás a vivir una tormenta tan fuerte como aquella que viviste, la atmósfera te sorprende con algo todavía más bello y espectacular si cabe.

Eso es lo que sentí la primavera de este pasado año 2010, con una serie de episodios tormentosos en tierras alicantinas que destacaron por su frecuencia y sobre todo por su gran vistosidad. A ello contribuyeron, sin lugar a dudas, varios ‘arcus’ perfectamente definidos que pudimos ver desde Elche y que nos brindaron unas imágenes para el recuerdo.

Dicen que nuestra memoria meteorológica es mala, pero creo que lo que captan nuestras retinas es realmente difícil de olvidar. No hay dos nubes iguales, ni dos atardeceres iguales, ni dos rayos iguales, y para mí que lo que “engancha” de la Meteorología es precisamente eso, que sus formas de expresión son siempre diferentes, inagotables, infinitas; que siempre es capaz de ofrecernos algo mejor que lo ya conocido, de dejarnos una vez más boquiabiertos, de maravillarnos con su grandeza y hacernos sentir pequeños, muy pequeños. Esa mezcla de poder y belleza es la que me cautivó y la que hace que me emocione y agite cuando contemplo sus fenómenos.

Para bien o para mal, estas fuerzas de la naturaleza nunca dejarán de asombrarnos, y a lo largo de nuestra vida se sucederán eventos que se verán superados por otros, y estos a su vez por otros que vendrán después, y los recordaremos como algo único e irrepetible, porque realmente lo son: esa es su verdadera magia.

Para todos los que amáis la Meteorología y miráis al cielo con ilusión, esperando que os regale algo nuevo y grandioso.


Fotos 1, 2, 3 y 4- (3 de mayo de 2010)
Un enorme ‘arcus’ de marcada tonalidad verdosa se acerca con rapidez; cielos tenebrosos me rodean y parecen querer engullirme. Imposible explicarlo con palabras. Al fondo, la lluvia torrencial y el granizo.



Detalle de sus jirones nubosos retorcidos, con unas texturas y colores como de otro mundo; es la tormenta visualmente más impresionante que haya presenciado jamás.



En cuestión de segundos, comienza a formarse una estructura a la izquierda...



Se trata de un espectacular muro nuboso o “wall cloud”, fruto de los violentos ascensos, y donde se aprecian las típicas formaciones de “whale’s mouth”. Describir lo que ven mis ojos es complicado; sólo puedo decir que la nube parece estar en efervescencia, en ebullición.



Fotos 5 y 6- (11 de mayo de 2010)
Unos días después, nos acecha otra fotogénica tormenta.



Cuando empieza a sobrepasarnos, este es el aspecto de su base y de la cortina de precipitación que lleva consigo.



Fotos 7 y 8- (15 de junio de 2010)
A pocos días del verano nos visita la última tormenta de la primavera.



Ya en mi vertical, nubes tortuosas cubren el cielo por completo dejando una apocalíptica imagen.